
La última que nos ha contado se ha celebrado en Stuttgart (Alemania) donde se ha juntado con sus ya muy buenos amigos de Finlandia, Alemania, etc. también envenenados por el gusanillo de esta afición.
Pedro y sus colegas nos enseñaron el otro día todas las maquetas que atesoran en una lonja en Bilbao y le verdad es que, para los que somos absolutamente zotes para manejar cosas más pequeñas que una barra de pan, resulta admirable lo que son capaces de preparar con toda su santa paciencia.
Me parece que tienen a la vista una nueva exposición en Portugalete (Bizkaia); ya os contaré cómo van los preparativos y, llegado el momento, cómo ha resultado la experiencia.
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